Samuel Sarmiento: asesor de políticas públicas, agroindustria y futuros CME
@AlguienTieneQueDecirlo
El 2022 recibirá a los productores agrícolas con 3 graves problemas:
- El aumento excesivo de los costos de los insumos, particularmente los fertilizantes, como el amoniaco y la urea.
- Los precios internacionales a la baja.
- Presupuesto y programas insuficientes.
Respecto de los costos de producción, este año, la inflación promedio de la canasta básica al mes de noviembre del 2021 ya alcanzó el 7%, sin embargo, para los productores agrícolas el precio de los fertilizantes como el amoniaco, que se usa casi en todos los cultivos pero en diferentes proporciones, pasó de un precio de $11,500 la tonelada en la temporada anterior, a $32,000 por tonelada para este ciclo agrícola, un aumento del 180%, la urea 157%, el cloruro de potasio 70% y el sulfato de amonio 40%.
Mientras que otros insumos agrícolas, como las coberturas de precios (CALL y PUT), se incrementaron 80% de un ciclo a otro, el diésel 16%, la cuota del agua 10% y el seguro agrícola 10%.
Por lo que los costos de producción pasaron de $3,032 por tonelada a $4,000, sin considerar la renta, pero si la sumamos, el costo supera los $5,000 por tonelada. Es decir, por debajo de este precio no hay rentabilidad, sólo hay pérdidas para los productores sinaloenses.
En la vertiente de los precios, en estos momentos, los futuros de maíz a julio 2022 se ubican en 233.4 dólares, lo que representa un ingreso estimado al productor de $5,600 por tonelada. No obstante, en comparación con la cotización más alta del ciclo anterior, hoy el mercado ha bajado 54.9 dólares, es decir, $1,140 por tonelada.
Por eso, urge definir la BASE y establecer un precio de garantía para medianos productores de maíz, eso $4,150 de hace dos años, pero actualizado con la inflación.
Un avance importante fue la reciente actualización del apoyo para la compra de coberturas de precios de $100 por tonelada a $200 por tonelada de maíz, por parte de SEGALMEX, pero no hay que olvidar que un volumen importante aún no recibe el apoyo del año pasado, por lo que éste podría quedar sólo como buenos deseos.
Por otra parte, el presupuesto es el principal instrumento de política pública que dispone un gobierno para compensar las asimetrías entre la oferta y la demanda de bienes y servicios. Sin embargo, SADER trae etiquetados 55,789 millones de pesos, para el siguiente año,esto es 13% arriba del 2021, pero 23% menos que hace 3 años, sin considerar la inflación.
En el caso del presupuesto estatal, cabe destacar que, por primera vez, se asignaron 50 millones de pesos para la compra de coberturas de precio, que se multiplicará por una línea de crédito de FIRA hasta por 700 millones de pesos, lo que permitirá adquirir las coberturas en el mejor momento en beneficio de los productores.
En conclusión, el campo y la producción de alimentos, no sólo es un tema de los agricultores, es un tema que nos impacta a todos como sociedad, y quien piense lo contrario, lo invito que a vaya al supermercado y vea los precios de los productos agropecuarios.
En este sentido, la felicidad de estas fechas decembrinas, sólo será la antesala de las preocupaciones que vivirán los productores agrícolas, ante el encarecimiento de la actividad, menores precios internacionales y presupuestos y programas cada vez más escasos para la agricultura comercial, y esto seguirá así hasta que el campo y el trabajo que realizan los productores sean vistos como un asunto de seguridad nacional y sobre esta piedra angular, se diseñen las políticas agrícolas, ganaderas y pesqueras.
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