El investigador Antonio Turrent cuestionó qué tanta importancia le da nuestro País a la producción de alimentos
Marcela Hernández/ @marubih
Guasave, Sinaloa, 16 de julio de 2016._ China, Estados Unidos y sobre todo Japón invierten hasta 45 veces más en el agro que México, lamentó el especialista Antonio Turrent Fernández.
Durante la conferencia Maíz transgénico en México, en el marco de la Expo Maíz, el investigador cuestionó qué tan importante es la producción de alimentos para un país, tomando en cuenta los apoyos que se dan a la agricultura, que incluye pagos a productores, subsidios, pagos a consumidores, investigación agrícola, infraestructura y extensionismo.
Planteó que de acuerdo a la OCDE, Estados Unidos tiene siete veces más tierra de labor que México, con 210 millones de hectáreas, mientras que nuestro País tiene 30 millones de hectáreas, China tiene 180 millones y Japón tiene apenas 6 millones de hectáreas.
“Estados Unidos le da 20 veces más inversión al campo que México, pero como tiene 6 veces más tierra, si divido me da casi tres; Estados Unidos invierte tres veces más por hectárea que nosotros, China 24 entre 6, cuatro veces más que nosotros”, explicó.
“Japón, que invierte 9 veces más que nosotros, invierte 45 veces más por hectárea, entonces la pregunta que uno se puede hacer, es si es posible producir los alimentos que necesitamos, ser competitivos, en un país en donde no se apoya la agricultura como se apoya a los competidores”.
Turrent Fernández añadió que en Estados Unidos el sector agrícola tiene 1 por ciento de inversión, mientras que contribuye con el 1.3 por ciento del Producto Interno Bruto.
“En México el PIB agropecuario es 3.4 y solamente el 0.6 por ciento de ese producto que manda el campo a toda a economía nacional, solamente el 0.6 por ciento”, señaló.
“En esas condiciones uno se puede preguntar, como en este país se puede enfrentar a lo que viene, será suficiente, y después el cambio climático con una inversión muy baja”.
El especialista enfatizó que la transgenización del campo no es la solución puesto que no contribuye a mejorar los rendimientos, ni son resistentes a las condiciones extremas que se están presentando por el cambio climático, además de terminar con las especies nativas de maíz en México.
