Por Samuel Sarmiento. Asesor Agroindustrial y Financiero.
Después de 23 años, el Departamento de Comercio de Estados Unidos dio por terminado el acuerdo de suspensión de la investigación de dumping contra el tomate mexicano e impuso un arancel de 17.5%, bajo el argumento de los productores del Estado de Florida, de que los mexicanos estamos vendiendo debajo de los costos de producción.
Por lo que desde el 7 de mayo y hasta el próximo 3 de noviembre del 2019 se pagará un arancel a la exportación por cada tomate mexicano que entre a Estados Unidos.
Para dimensionar el impacto económico, basta decir que en el 2018 la exportación nacional de tomate representó ingresos por 2,261 millones de dólares.
Lo que significa que este año se pagarían alrededor de 400 millones de dólares de aranceles por la exportación de tomate.
Esto representa un duro golpe a la economía de los exportadores, lo que probablemente los desplace del mercado y ponga en riesgo más de 400,000 fuentes de trabajo de migrantes, provenientes de los estados más pobres del país.
Para Sinaloa, la exportación de tomate representan ingresos por 400 millones de dólares, por lo que se pagarán entre 70 y 80 millones de dólares de aranceles.
Ante esta situación, hay quienes sugieren establecer un «arancel espejo» es decir, así como Estados Unidos implementó un 17.5% al tomate mexicano, que nosotros le aplicáramos ese mismo porcentaje al maíz amarillo que se importa.
Esta propuesta es muy riesgosa y evidenciaría la frágil relación bilateral, sólo hay que analizar cómo le está llendo a China en la guerra comercial con Estados Unidos, ya que recientemente les aumentaron los aranceles del 10 al 25% a más de 200,000 millones de dólares de productos chinos.
Y eso que China es la segunda economía del mundo con un PIB de 12.2 billones de dólares, mientras que México es la economía número 15 del mundo, y sólo representamos el 6% de la economía de Estados Unidos.
¿Estaremos al nivel para una Guerra Comercial?
Lo único viable es seguir las gestiones y esperar a noviembre para replantear este asunto a la International Trade Comission (ITC), quien podría resolver básicamente dos cosas:
- Que se encuentren indicios de dumping y se imponga un arancel fijo a la exportación del tomate mexicano.
- De rechazarse la acusación de dumping, entonces se establecería un libre mercado a la exportación de tomate y se regresarían el pago de los aranceles desde el 7 de mayo hasta la fecha de la resolución.