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Caades. Seguridad y soberanía alimentaria ¿cuál es la diferencia?.

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Gustavo Rojo/Presidente de la Confederación de Asociaciones Agrícolas del Estado de Sinaloa (CAADES)

La FAO, declaró que la seguridad alimentaria se consigue cuando todas las personas, en todo momento, tienen acceso físico y económico a suficiente alimento, seguro y nutritivo, para satisfacer sus necesidades alimenticias con el objeto de llevar una vida activa y sana.

También declaró el concepto de soberanía alimentaria, que se define como el derecho de los pueblos a elegir lo que comen y de qué manera producirlo, lo que incluye el regular la producción nacional agropecuaria y la protección del mercado doméstico, respecto de los excedentes agrícolas y de las importaciones a bajos precios de otros países.

Para medir la soberanía alimentaria o autosuficiencia, se divide la producción nacional, entre el consumo total donde la FAO recomienda producir, al menos, el 75 por ciento de los alimentos.

Estos dos conceptos parecen similares pero tienen connotaciones diferentes. El primero, se refiere a la disponibilidad de alimentos en un país, sin considerar si éstos son producidos en ese país o son importados, mientras que la soberanía o autosuficiencia alimentaria, se refiere a la capacidad de producir los alimentos que se consumen.

Previo a la entrada en vigor del TLCAN había teorías sobre estos dos conceptos, una de las posturas del entonces sub secretario de agricultura Luis Tellez, sugería que se produjeran sólo los alimentos en los que éramos competitivos, sin embargo por presión de las organizaciones de productores se escucharon las voces de nuestro sector y es así que se diseñaron nuevas políticas públicas a favor del campo, entonces nace la ASERCA y con ella programas como PROCAMPO, además se establecieron cupos de importación y aranceles, se implementaron ingresos objetivos y el programa de compras anticipadas de maíz blanco, así como Agricultura por contrato para maíz amarillo, trigo y sorgo, todo ello para compensar las asimetrías con los productores de USA y Canadá.

Actualmente, somos autosuficientes en producción y con capacidad de exportación en hortalizas y productos agroindustriales, pero somos altamente dependientes en granos básicos y algunos productos ganaderos. Importamos el 87 por ciento del arroz que consumimos, el 62 por ciento del trigo panificable, 37 por ciento del maíz amarillo, entre otros productos que consumimos en el país.

De seguir así en los próximos años seremos el principal importador de maíz amarillo en el mundo y se acrecentarán las importaciones de oleaginosas, arroz y trigo panificable.

Uno de los objetivos estratégicos de este gobierno, es el Plan Nacional de Desarrollo y del Plan Sectorial de Agricultura y Desarrollo Rural, donde se propone aumentar la producción y productividad agropecuaria, apícola y pesquera, sin embargo la reducción en los últimos dos años del 40 por ciento al presupuesto público a la SADER ha eliminado múltiples programas de apoyo a la producción, comercialización y tecnificación del campo, lo cual desincentiva la producción y eleva la dependencia alimentaria

Hoy, el campo requiere una visión integral y de largo plazo, que promueva la competitividad, la producción de alimentos, la soberanía alimentaria y que atienda los problemas de pobreza y desnutrición. Aprovechando las potencialidades productivas de cada estado y región, e implementando presupuestos y programas multianuales, que no estén sujetos a  los vaivenes de la política.

De no hacerse así, seguiremos cediendo nuestra soberanía alimentaria a las grandes potencias, en detrimento de los productores y los consumidores nacionales.

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