Culiacán, Sinaloa. 1 de julio de 2016 (Agencia Informativa Conacyt).- Investigadores de México y Argentina sostendrán un encuentro en los próximos días para el intercambio de información y experiencias en temas de economía, fitosanidad y manejo sustentable de caña de azúcar (Saccharum officinarum).
Se trata de un seminario realizado con apoyo del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt). Consiste en un convenio entre la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), con México y Argentina, y que se realizará en el Centro de Ciencias de Sinaloa (CCS) los próximos 7 y 8 de julio. Participan investigadores del CCS y la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres en Tucumán, Argentina.
El organizador del seminario, el doctor Héctor Manuel Cárdenas Cota, señaló que el objetivo es el intercambio de información entre expertos, quienes expondrán métodos innovadores para el uso de la biotecnología, a fin de aumentar la producción de la caña de azúcar, reduciendo los costos de producción en comparación con el uso de químicos.
En Sinaloa, indicó, la caña de azúcar se cultiva con la participación de dos mil 600 productores, quienes en 2014 cosecharon en una superficie de más de 10 mil hectáreas una producción de más de 810 mil 600 toneladas de caña.
Agencia Informativa Conacyt (AIC): ¿En qué consistirá este seminario?
Héctor Manuel Cárdenas Cota (HMCC): Contará con la participación de especialistas en biotecnología y transferencias tecnológicas de México y Argentina. Está dirigido a agricultores cañeros, investigadores, productores, técnicos profesionales en el control de plaga y manejo de caña de azúcar, empresarios y estudiantes. Habrá conferencias y talleres referentes al desarrollo de biofertilizantes, bioinsecticidas, mejoramiento genético, control biológico de barrenadores, entre otros. Es un evento gratuito, patrocinado por Conacyt.
Partimos del tema de la sustentabilidad. Consiste en que los recursos no se agoten. El suelo también se agota, no es un recurso inagotable, hay que revitalizarlo, y lo que le da vida es la materia orgánica, pero por lo general no se le da la debida importancia. Normalmente los microorganismos los vemos como enemigos, que nos producen enfermedades.
AIC: ¿Cuáles son las alternativas que proponen investigadores sinaloenses para el rescate de esta actividad?
HMCC: Sinaloa tiene el privilegio de estar en una zona que es de transición, manejar las dos gramíneas: el maíz, al que se le ha dado mayor impulso, y también la caña, que son los dos ciclos para aprovechar la energía solar y obtener biomasa (masa biológica, energía química). Estos pueden ser utilizados para fabricar otras cosas, tales como bioplásticos, que se hacen no utilizando petróleo o sus derivados, sino un organismo vivo.
El seminario plantea no solo la parte técnica, sino que vienen expertos de Argentina en manejo de transgénicos de caña: cómo manejar una parte de los problemas de plagas y cómo fertilizar biológicamente el suelo para tener una agricultura sustentable en el caso de la caña.
AIC: ¿El seminario tocará temas referentes al cuidado de la salud y el consumo de azúcar?
HMCC: Claro. En el año 2006 se hizo un seminario para tratar el asunto de la obesidad y lo que se conoce como el síndrome de la cirrosis hepática del no alcohólico. El estudio determinó que se da a la gente que toma demasiado refresco. Ese es el problema de origen, porque se sustituyó la sacarosa por fructosa. Si los refrescos con sacarosa consumidos en exceso se pueden considerar como no apropiados para la salud porque no tienen lo que se conoce nutrimental como caloría cero, en el caso de la fructosa es todavía más fuerte el problema.
En Estados Unidos, obligaron a la industria refresquera a escribir en la etiqueta que el refresco tiene fructosa. Si vemos, los productos mexicanos no dicen que el refresco está siendo endulzado con fructosa; esto tiene que ver con problemas de salud. La propia caña tiene otros usos de la sacarosa.
AIC: ¿Cómo se plantea solucionar ese problema del consumo de fructosa?
HMCC: La fuente de energía que tenemos es el sol y se transforma en energía química. En el caso de la caña, tenemos dos moléculas: una de glucosa y otra de fructosa. El azúcar más dulce es la de fructosa, por eso, cuando se hace el jarabe de maíz, se tiene el almidón, se convierte en glucosa, y esta se transforma en fructosa; la venden como jarabe de maíz porque generalmente la fructosa no puede mantenerse cristalizada porque absorbe agua del ambiente, por eso no se vende como jarabe.
Hubo una campaña que tiene que ver con políticas económicas que afectan en todos los niveles. En la parte del azúcar de caña, lo que se hizo fue una política de disminuir los niveles. Lo que se está haciendo es tratar de rescatar lo que queda. Esperamos que en los próximos años, (…) una forma de aprovechar la energía del sol para convertirla en energía química se utilice a través de la caña.
Fuente: Conacyt