La justificación del Gobierno Federal es que del 2019 al 2023, las importaciones de sulfato de amonio pasaron del 22% al 51% del consumo nacional, desplazando a la industria nacional de fertilizantes
Redacción @Comentarios_sin
Como una nueva ocurrencia del Gobierno Federal, que atenta contra los productores, la agricultura comercial y la autosuficiencia alimentaria, así se puede calificar al Decreto que impone un arancel del 35% a las importaciones de sulfato de amonio publicado el pasado 8 de mayo del presente año.
El Decreto modifica la Tarifa de la Ley de los Impuestos Generales de Importación y Exportación, publicada el 22 de abril del 2024 y las fracciones arancelarias 7601.10.02 y 7601.20.02 de la Tarifa de la Ley de Impuestos Generales de Importación y Exportación.
La justificación del Gobierno Federal es que del 2019 al 2023, las importaciones de sulfato de amonio pasaron del 22% al 51% del consumo nacional, lo que ha desplazado a la industria nacional de fertilizantes.
El sulfato de amonio es uno de los fertilizantes nitrogenados más económicos y más usados por los productores, particularmente en el maíz, trigo, arroz, caña de azúcar, papa, algodón, cítricos y hortalizas.
Los 4 primeros cultivos son productos de seguridad y soberanía alimentaria, según los artículos 178 y 179 de la Ley de Desarrollo Rural Sustentable.
Para dimensionar el impacto del Decreto, hay que decir que a nivel nacional se consumen 6.5 millones de toneladas de fertilizantes, de los cuales, el 70% es importado, mientras que la industria nacional abastece sólo el 30%. Y del total importado, el sulfato de amonio representa el 9.6%.
Entonces, en un país totalmente deficitario de fertilizantes, imponer un 35% de arancel a las importaciones de sulfato de amonio sólo provocará un aumento del precio de los fertilizantes y por lo tanto, se incrementarán los costos de producción y mermará la poca rentabilidad de los productores, lo que al final de la cadena, encarecerá los precios de los alimentos para los 130 millones de mexicanos.
“Son unos genios los funcionarios del Gobierno Federal”, nótese el sarcasmo.
Como dato, en abril del 2024, la inflación anual del renglón de “frutas y verduras” fue del 18.57%, comparado con la inflación general del 4.65%, es decir, los precios de los alimentos se están incrementado 4 veces más rápido que el resto de las mercancías.
Por lo que habría que preguntarnos, ¿qué nivel de inflación en los alimentos vamos a alcanzar con este nuevo arancel del 35% al sulfato de amonio?
Este Decreto se suma a múltiples ocurrencias del Gobierno Federal, como la pésima estrategia de comercialización del maíz de Sinaloa, donde los productores sólo aspiran a $5,400 por tonelada, lo que es insuficiente para cubrir los costos de producción.
Y se suma a la eliminación de la Financiera Nacional de Desarrollo y de ASERCA, quién era la responsable de la comercialización de los granos básicos.
Así como a la eliminación de más de 30 programas de apoyo al campo y al presupuesto de 74,110 millones de pesos para la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural (SADER) para este 2024, que es prácticamente el mismo presupuesto que tenía la SAGARPA en el 2018 (72,125 mdp), sin considerar que durante estos 5 años y 5 meses, el presupuesto ha perdido el 32% del valor por la inflación acumulada.
El resultado de estas ocurrencias es que, en lugar de avanzar en la autosuficiencia alimentaria, hoy México está importando el 82% del arroz que consume, el 72% del maíz amarillo, 63% del trigo panificable y el 32% del frijol.
Por eso, le pregunto estimado lector: ¿a quién beneficiará el arancel del 35% a la importación del sulfato de amonio, a los productores, a los consumidores o unos cuantos empresarios?