Dr. José Alberto Quintero Benítez | Director General de AgroMIC Online
LAS BAJAS TEMPERATURAS
Los productores y técnicos agrícolas siempre tienen presente la necesidad de controlar las plagas y enfermedades que afectan a sus cultivos. Pero además de eso, también deben poner atención a otros factores como la textura del suelo, su fertilidad, y a los factores abióticos del medio ambiente (CO2, luz, agua, temperatura, y humedad relativa, entre otros).
En el caso particular de la TEMPERATURA, todos los cultivos prosperan adecuadamente cuando esta se presenta en un rango favorable para cada especie vegetal particular. Por ejemplo, el tomate se desarrolla en un rango entre 10°C y 32°C; el chile entre 15°C y 32°C, el pepino entre 14°C y 30°C, la papa entre 10°C y 30°C, etcétera.
Temperaturas más altas, o más bajas, pueden afectar negativamente al cultivo; disminuyen su potencial productivo, y en casos extremos le pueden causar su muerte.
Durante el presente ciclo agrícola Otoño/Invierno 2022-2023 ocurrieron BAJAS TEMPERATURAS que afectaron a los cultivos hortícolas, tanto en Sinaloa como en otras regiones agrícolas de la República Mexicana. Entre diciembre de 2022 y marzo de 2023 se presentaron temperaturas mínimas que, aunque no llegaron a ser consideradas como heladas, sí afectaron el metabolismo y la fisiología de las PLANTAS CULTIVADAS.
SUS EFECTOS EN LOS CULTIVOS HORTÍCOLAS
Cuando la temperatura mínima es de 14°C o menos, las plantas de chile, pepino, y otras hortalizas, se ven afectadas significativamente en su fisiología. Y si llega a 10°C o menos, otros cultivos como tomate, papa, maíz dulce y más, también son afectados.
De acuerdo con los datos meteorológicos recogidos para el área de Los Mochis, en el Valle del Fuerte, Sinaloa, desde diciembre de 2022 hasta marzo de 2023 ocurrieron 114 días con temperaturas iguales o inferiores a 14°C; y 89 días con temperaturas iguales o inferiores a 10°C.
Claramente, durante esta temporada agrícola que está por terminar, todas las hortalizas sufrieron los efectos negativos de las BAJAS TEMPERATURAS durante la mayor parte de su ciclo de cultivo. Las consecuencias fueron:
A. DETENCIÓN DEL CRECIMIENTO. El primer indicio claro es que el cultivo afectado por bajas temperaturas detiene su crecimiento; las plantas dejan de crecer, o lo hacen más lentamente en comparación con su ritmo normal de desarrollo. Esto es porque el frío reduce la transpiración de la planta, mecanismo responsable de crear un flujo de agua y minerales dentro de la misma, desde la raíz hasta los órganos aéreos.
B. DEFICIENCIAS NUTRICIONALES. Como consecuencia de la baja transpiración, y la consiguiente disminución del transporte de agua y minerales, la planta tiene dificultades para movilizar varios elementos minerales desde el suelo hacia su follaje, aunque estos minerales estén disponibles en suelo. Los nutrientes más afectados son: boro, fósforo y calcio, entre otros.
La deficiencia de BORO se presenta comúnmente como un aborto de flores; la deficiencia de FÓSFORO se presenta en forma de coloraciones violáceas del follaje de la planta, mientras que la deficiencia de CALCIO se manifiesta como una pudrición apical seca en los frutos de las plantas.
C. DISMINUCIÓN DEL RENDIMIENTO Y CALIDAD. Las plantas afectadas por las bajas temperaturas tienen un metabolismo más lento, con una fisiología ralentizada; esto trae como consecuencia una baja tasa de fotosíntesis y una disminución de la biomasa acumulada, lo que se traduce en menor rendimiento y en una baja calidad de la cosecha.
ACCIONES ADECUADAS
Si algunos de sus lotes de hortalizas presentan síntomas como los que he mencionado debido a las bajas temperaturas, se deben tomar acciones para evitar retrasos en el desarrollo de las plantas y las mermas del rendimiento y la calidad de los frutos. Entre otras cosas, sugiero las siguientes medidas:
1. APLICACIÓN DE AMINOÁCIDOS. Los aminoácidos promueven el desarrollo de las plantas porque son los bloques que les permiten proteínas y enzimas necesarias para su desarrollo. Aunque todos los aminoácidos sirven para el propósito de reactivar las plantas afectadas por el frío, es preferible (no necesario) emplear aminoácidos elaborados a partir de algas marinas; estas contienen trazas de elementos minerales que también ayudan a las plantas de tomate en su proceso de recuperación.
2. COMPLEMENTOS MINERALES. Los aminoácidos aplicados a las plantas contienen N en sus moléculas, por lo que es necesario aplicar también otros elementos minerales para que la nutrición de la planta no se desequilibre. Por lo menos deben aplicarse quelatos de Mg-Fe-Zn; pero idealmente deberán aportarse también otros minerales esenciales como: Cu, Mn, Mo, B, Si, etc. Así las plantas reactivarán su fisiología de manera adecuada.
COMENTARIO ADICIONAL
Todos los cultivos requieren un rango favorable de temperaturas para poder funcionar y producir sus frutos. Cuando las temperaturas sean poco favorables, o claramente desfavorables para su cultivo, el agricultor debe tomar acciones para reactivar la fisiología de las plantas y evitar pérdidas. Siempre es conveniente contar con un asesor técnico regional, experto en nutrición y fisiología del cultivo que está produciendo.
Dr. José Alberto Quintero Benítez. Ingeniero Agrónomo Parasitólogo. Estudió Maestría y Doctorado en Fitopatología. Fue Profesor de la Facultad de Agricultura del Valle del Fuerte de la UAS por 32 años. Asesor en Manejo Fitosanitario de Hortalizas desde 1986 a la fecha. Especialista en Manejo Integrado de Cultivos (MIC).