Marco Díaz/@Marcodiazr87
Campo Pesquero Dautillos, Navolato, Sin. a 20 de septiembre de 2016- Desde muy temprana hora los pescadores de diversas regiones de Sinaloa salieron al mar con una nueva esperanza de capturar la mayor cantidad de camarón posible. El anhelo de saldar sus deudas y llevar un sustento a sus familias que sufren de carencia durante cada veda.
Y es que el levantamiento de la veda en altamar, representa para una gran cantidad de pescadores la oportunidad de mejorar las capturas que en la bahía no pudieron obtener. También para los grandes barcos pesqueros, es el momento de zarpar por hasta 30 días y 30 noches. El objetivo es el mismo: el camarón.
Así pues, nos enfilamos rumbo a altamar, pasando por la bahía y luego por la boca, un área peligrosa donde las olas golpean fuertemente el casco de la ligera “panga” en la que viajamos, protegiendo el equipo y observando docenas de barcos y pequeñas embarcaciones movilizándose estratégicamente para obtener el mejor lance posible.
Entre algas, pequeños peces, mantarrayas, caracoles, aguamala y mucha jaiba, luego de recoger las redes, poco a poco se observa en cada trabajador del mar la ilusión, o desilusión, según sea el resultado.
Y es que obtener camarón no es tarea fácil, requiere una inversión de cientos o miles de litros de combustible, así como horas bajos el sol esperando y recogiendo cada lance, para luego separar el valioso crustáceo que muchos no conocen el sacrificio que se hace para obtenerlo.
Luego de unas cuatro horas de haber zarpado, Macario Estrada señala que en cada lance han obtenido hasta 5 kilogramos de camarón de buen tamaño, pero que en cantidad, no sostiene la ilusión, mucho menos la inversión.
“Vamos a la boca, a darle a buscar para allá”.
Para que sea negocio, una pequeña embarcación requiere de por lo menos unos 50 kilogramos del crustáceo.
“Echamos cuatro mil y feriecita de gasolina nosotros ahorita… todavía nos falta bastante para sacar los gastos…. Si ya no sale, si sigue así vale más no gastar la gasolina y buscarle otro día”, indica Roberto Meza, luego de resaltar que los grandes barcos se llevan en 4 horas lo que los pequeños pescadores capturan en un solo día.
Por su parte, el capitán del barco Don Augstín XII, Patricio Michel, comentó que en cada lance obtienen hasta 60 kilogramos de camarón, aunque el desperdicio de fauna de acompañamiento es impresionante, es un daño colateral que pocos conocen.
“Vamos a tener que continuar a otra zona, vamos a experimentar unas 24 horas aquí y nos vamos a ir a otra búsqueda, a buscarle a otro lado. Hoy llevamos 60 kilos de camarón (después) del primer lance, es muy poco, no es lo que espera uno en el primer día”, concluye.
Por último, luego de visitar tres pangas y un barco, se encuentra una última embarcación, es pequeña y manipulada por dos pescadores, en un primer lance calculan hasta 50 kilogramos. La esperanza regresa.
“Llevamos un tiro pero agarramos como un cuartito de jaba, y ahorita vamos tirando 40 minutos y creo que son dos jabas, unos 50 o 100 kilos. Ojalá volvamos a pegar otro porque son muchos los gastos”, expresa Horacio Peñuelas López.
Así pues, concluye apenas una mañana agitada entre las olas del mar, el incandescente sol y altibajos, es la vida en el mar.
