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“Ser agricultor es un orgullo».

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Por más de tres décadas Guillermo Gastélum Bon Bustamante ha asumido la responsabilidad de producir alimentos

 

 

Cristina Medina/@Cristin_Medina7

 

Culiacán, Sinaloa._ Dedicarse a la producción de alimentos y provenir de una familia de líderes agrícolas, es un gran orgullo, externa Guillermo Gastélum Bon Bustamante, un hombre que por 37 años se ha dedicado a la labor del campo.

 

En entrevista para la revista Comentarios, Gastélum Bon cuenta que desde joven, y de la mano de su padre aprendió lo que conlleva la responsabilidad que conlleva ser agricultor, así como asumir los riesgos que tiene esta actividad e intentar incursionar en áreas como la acuacultura.

 

A lo largo de más de tres décadas este hombre perteneciente a una tercera generación de productores, ha sorteado diversas dificultades y asumido la dirigencia la Asociación de Agricultores del Río Culiacán (AARC), una organización que asegura le dejó enseñanzas y buenos amigos. Actualmente, además de mantenerse en la actividad Guillermo Gastélum participa en los proyectos que desarrolla la agrupación Fábricas de Agua.

 

¿Cuántos años tiene como productor?

Yo empecé a los 18 años de edad a ayudarle a mi padre, ahorita ya tengo 57. Ya son 37 años en la actividad.

 

¿Qué se ha dedicado a producir?

Yo heredé, gracias a Dios, tierras agrícolas con vocación tanto hortícola como granera; también heredé un huerto de mangos que da algo de resultados, y sigo en la línea agrícola de la familia. Esto es lo que me da el sustento para mi familia.

Yo tengo una unidad de 44 hectáreas. Para el siguiente ciclo quisiera incursionar en las hortalizas bajo un esquema de asociación para tener buenos resultados en la comercialización. De no ser así me iría por el frijol, para tener la oportunidad de hacer dobles cultivos.

 

¿Cómo ha sido dedicarse a la producción de hortalizas y granos?

Hay una gran diferencia si partimos de la inversión que se hace por hectárea. En las hortalizas el riesgo es mucho mayor, pero también los resultados pueden ser 10 veces más que en una siembra de maíz. En la hortaliza ocupas mucha mano de obra, mucha planeación,  estás con el riesgo de plagas. Además, estas obligado a cumplir con una serie de aspectos sociales y prestaciones con los trabajadores que llegan para la siembra, manejo y corte de los frutos.

En granos la siembra es más rústica, aunque estas a expensas de fenómenos como las heladas. Además, en esta actividad te afrontas a diferentes factores, entre ellos el mercado.

En las hortalizas hay que decirlo, si no tienes una buena comercialización vas derecho al fracaso. Aquí influye la oferta y la demanda pues es libre. No tienes nada que te proteja.

También está el factor del clima. Me ha tocado ver siembras que se han perdido por las heladas.

 

En los 37 años que tiene en esta labor, ¿cómo ha sido la transformación del campo?

En estos 37 años ha habido un gran desarrollo. Hace años no había riego por goteo, de la aspersión escuchábamos por medio de revistas. En el 95’ los invernaderos y las casas sombras eran una novedad.

Hoy tenemos la creación de nuevas variedades más resistentes, tanto en hortalizas como en granos, pero también hemos visto que a través de estos años hemos perdido la rentabilidad en el campo. Antes a un agricultor que hacía bien las cosas le daba para mantener a una familia grande, darle lo mejor; ahorita con la misma superficie no te da los mismos dividendos. Es ahí donde dices que sí hay mucha diferencia.

 

¿Cómo percibe a las nuevas generaciones?, ¿hay falta de interés?

Sí se ha visto ese efecto. Los jóvenes ya no quieren vivir en el campo, no quieren vivir de su parcela, porque hoy en día con 10 hectáreas no te alcanza para vivir, por esto nuestros hijos buscan otras opciones.

 

¿Cómo ve la propuesta que ha presentado el gobernador sobre la agricultura sustentable?

Es una propuesta que hemos visto de este nuevo gobierno; ya desde tiempo atrás, desde la época de los 90 hemos escuchado hablar sobre la labranza de conservación, lo cual va pegado a la sustentabilidad.

Ahorita lo que necesitamos es una sustentabilidad, una labranza mínima para reducir los costos y dejar al suelo lo que necesita, generar la materia orgánica que permita el desarrollo de los cultivos en un suelo sano y sin tanto agroquímico.

Tenemos que heredar la cultura de sustentabilidad a las nuevas generaciones.

 

¿Considera que Sinaloa ha perdido terreno en la producción de alimentos?

Nos quedamos dormidos en nuestros laureles. Jalisco ha tomado delantera, así como el Bajío. Sin embargo, no creo que perdamos, pero sí hay que decirlo hemos bajado en competitividad por el alto costo de producción.

 

¿Cómo ve el panorama con la postura que ha mostrado el presidente de Estados Unidos?

Estados Unidos puede decirnos muchas cosas, pero también debe ver que existe un gran intercambio comercial agrícola tanto americano como mexicano. Nos ocupamos unos a los otros, entonces una cosa puede decir el señor Trump y otra los números y la historia que hay entre ambos países. Además, los productores de allá no están de acuerdo con las políticas agropecuarias de su presidente. No creemos que se vayan a cerrar las puertas, porque ellos ocupan quien les provea los alimentos que no pueden producir.

 

¿Qué le dejó la dirigencia de la AARC?

Fue una época en la que aprendí mucho, maduré mucho. Es un orgullo dirigir una organización como esa, una organización que te abre muchas puertas. Aprender a trabajar por los intereses de todos.

 

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