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Fitosanidad

Cinco cosas que el agricultor debe conocer sobre Meloidogyne.

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Planta de tomate infectada por Meloidogyne, mostrando el marchitamiento de la porción aérea.

El monocultivo ha provocado la aparición de diversas enfermedades causadas por patógenos del suelo como hongos y nematodos, a niveles tales que en la actualidad es insostenible la producción de hortalizas en muchos lotes afectados

Dr. José Alberto Quintero Benítez | Director General de AgroMIC Online

LAS HORTALIZAS Y SUS ENFERMEDADES

En Sinaloa, la superficie dedicada a la producción de hortalizas es importante; los principales cultivos son: chile verde, tomate, papa, calabaza y pepino, entre otros. El desarrollo de esta actividad se vio favorecido ampliamente por dos grandes avances tecnológicos:

  1. El riego presurizado (goteo, aspersión y LPS), que mejoró la eficiencia en el uso del agua en los cultivos; y
  2. Los sistemas de agricultura protegida, como los invernaderos y las casas-sombra, que permitieron elevar el rendimiento y la calidad de los productos hortícolas.

Sin embargo, a la par de la tecnología señalada, aparecieron también los primeros brotes importantes de enfermedades causadas por patógenos del suelo, como hongos y nematodos. La marchitez vascular inducida por el hongo Fusarium oxysporum f.sp. lycopersici, y las agallas radicales inducidas por el nematodo Meloidogyne incognita, aparecieron primero en el cultivo del tomate debido al monocultivo; y con el paso de los años, estos problemas aparecieron también en otras hortalizas como chile y pepino, a niveles tales que en la actualidad es insostenible la producción de estas hortalizas en muchos lotes afectados.

SÍNTOMAS CAUSADOS POR MELOIDOGYNE

La mayoría de los productores y técnicos encargados de cultivos hortícolas conocen los síntomas típicos de una infección por Meloidogyne: en un primer momento las plantas se marchitan parcialmente durante las horas más calientes del día y se recuperan durante las horas frescas del mismo; posteriormente el marchitamiento se vuelve permanente. Las plantas afectadas pueden estar localizadas al azar dentro del lote, pero lo más usual es que estén distribuidas en manchones o surcos definidos.

Pero el síntoma distintivo de la infección por Meloidogyne no es el marchitamiento de la planta, sino la presencia de abultamientos o agallas en las raíces de la misma; éstos se forman por la división y el crecimiento de las células de la raíz inducidos por sustancias que libera el nematodo. Las agallas contienen en su interior hembras de Meloidogyne, las cuales se alimentan de las células de la raíz causando su deformación. Las raíces afectadas absorben y transportan menos agua y minerales hacia la parte aérea de la planta, reduciendo la fotosíntesis y el crecimiento de la misma.

Los productores de hortalizas tratan de controlar el problema causado por Meloidogyne mediante la aplicación de nematicidas como: Oxamyl, Abamectina, Fluopyram, Fluensulfone; también emplean sustancias fumigantes como: metam-sodio, mercapto benzotiazol (MBT) y tiocianometiltio benzotiazol (TCMTB), entre otros.

Los resultados no siempre son favorables, debido al desconocimiento que se tiene de la biología del nematodo y de su interacción con la planta afectada. Así que aquí les mostramos “CINCO aspectos que el Agricultor debe conocer sobre MELOIDOGYNE”:

ASPECTO 1: LA HEMBRA ES LA CAUSANTE DEL PROBLEMA. Las larvas de Meloidogyne penetran a la raíz de su hospedero siendo filiformes, pero al madurar, las hembras se vuelven globosas y quedan atrapadas en los tejidos radicales, Para poderse alimentar, cada hembra inyecta reguladores de crecimiento que induce la formación de células gigantes en las raíces; a su vez, estas células forman agallas, y deforman los haces vasculares de la planta, disminuyendo su capacidad de absorción y transporte del agua y los minerales esenciales hacia la parte aérea de la misma. Las plantas infectadas producen menos frutos, y son de menor calidad.

ASPECTO 2: LA HEMBRA PRODUCE UNA ENORME CANTIDAD DE HUEVECILLOS. Cada hembra madura de Meloidogyne puede producir entre 300 y 500 huevecillos, envueltos en una masa gelatinosa que los protege. La raíz de una planta infectada puede contener hasta 50 hembras adultas o más, las cuales en conjunto producen entre 15,000 y 25,000 huevecillos. Esta enorme cantidad de huevecillos es la causa de que el problema vaya creciendo año tras año, si no se toman las medidas de manejo adecuadas.

ASPECTO 3: LAS PLANTAS ENFERMAS NO MUESTRAN SUS SÍNTOMAS RÁPIDAMENTE. Cuando una planta es infectada por Meloidogyne, su raíz deformada absorbe una menor cantidad de agua y nutrientes; por consiguiente, la planta recibe menos agua y nutrientes esenciales en el follaje. En un principio, el crecimiento de la planta no se ve afectado significativamente; pero cuando la planta comienza su etapa de formación y crecimiento de sus frutos, la demanda de agua y nutrientes se incrementa sustancialmente y la raíz no puede atender esa demanda. Entonces la planta comienza a mostrar marchitamiento, y posteriormente colapsa y muere. Puede pasar un mes, o más, desde el inicio de la infección hasta que la planta muestras síntomas de marchitez, y eventualmente su muerte.

ASPECTO 4: LOS NEMATICIDAS BIOLÓGICOS NO CONTROLAN LA INFECCIÓN POR MELOIDOGYNE. En la mayoría de los casos, cuando el productor o agrónomo encargado del lote de cultivo detectan un brote de plantas marchitas por Meloidogyne, suelen aplicar nematicidas biológicos como Paecilomyces lilacinus, Pochonia chlamydosporia, y/o Trichoderma harzianum, entre otros; su interés es contrarrestar la infección por el nematodo, pero eso no da resultado. Esto se debe a que los nematicidas biológicos infectan los huevecillos de Meloidogyne, pero no penetran a la planta infectada para contrarrestar a las hembras del nematodo. Como resultado, la planta no se recupera y el problema sigue.

ASPECTO 5: MELOIDOGYNE PUEDE SOBREVIVIR EN HOSPEDEROS SILVESTRES. Muchos agricultores pretenden resolver el problema de Meloidogyne dejando de sembrar sus hortalizas por uno o varios años, con la idea de que disminuyan las poblaciones del patógeno. Esa medida se llama rotación de cultivos. Pero al volver a sembrar su cultivo hortícola el problema vuelve a presentarse. Eso se debe a que el nematodo tiene la capacidad de infectar a muchas malezas que crecen en el lote de cultivo, manteniendo poblaciones suficientes para volver a causar el problema fitosanitario.

COMENTARIO FINAL

Si un agricultor detecta un problema causado por Meloidogyne en sus cultivos de hortalizas, debe considerar que -antes que nada- deberá disminuir la cantidad de huevecillos del nematodo en el suelo para poder controlar la enfermedad. Esto lo podrá lograr mediante el uso de nematicidas convencionales como: oxamyl, abamectina, fluopyram, fluensulfone, etc.; pero también mediante la inoculación al suelo con nematicidas biológicos como: Paecilomyces lilacinus, Pochonia chlamydosporia y Trichoderma harzianum.

Si ya sabe que tiene un problema con Meloidogyne, deberá monitorear las raíces de sus plantas de manera temprana para detectar las agallas radicales mucho antes que las plantas comiencen a marchitarse. Al detectar la enfermedad a tiempo, deberá aplicar nematicidas químicos, ya sea convencionales (oxamyl, abamectina, fluopyram, fluensulfone) o biorracionales (fermentos de Myrothecium verrucaria, extracto de gobernadora, extracto de quillaja, extracto de canela, extracto de mostaza, etc.). Estos eliminarán al nematodo en el interior de las raíces infectadas.

Finalmente, deberá tener cuidado de no dejar malezas hospederas de Meloidogyne en sus lotes de cultivo, para evitar que el nematodo persista por mayor tiempo causando problemas en sus hortalizas.

Planta de tomate mostrando las agallas radicales inducidas por Meloidogyne.
El ciclo biológico de Meloidogyne se completa en un periodo de 21 a 45 días.

Las larvas y hembras de Meloidogyne que están infectando las raíces de la planta solo pueden eliminarse con el uso de nematicidas químicos.

Los nematicidas biológicos están orientados a la colonización y muerte de los huevecillos de Meloidogyne en el suelo.

Dr. José Alberto Quintero Benítez. Ingeniero Agrónomo Parasitólogo. Estudió Maestría y Doctorado en Fitopatología. Fue Profesor de la Facultad de Agricultura del Valle del Fuerte de la UAS por 32 años. Asesor en Manejo Fitosanitario de Hortalizas desde 1986 a la fecha. Especialista en Manejo Integrado de Cultivos (MIC).

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