Especialistas advierten que el cambio climático y el estrés hídrico obligan a articular soluciones integrales para garantizar desarrollo y seguridad alimentaria
Redacción | Canal de Whatsapp
Culiacán, Sinaloa.— La crisis del agua en Sinaloa se ha intensificado en los últimos meses debido a la sequía, el cambio climático y una mayor presión sobre el recurso hídrico. En este contexto, especialistas coincidieron en que el principal reto ya no es reconocer el problema, sino articular soluciones hídricas integrales y sostenibles.
Así se expuso durante el conversatorio ciudadano “El futuro del agua en Sinaloa: ¿hacia dónde y cómo?”, realizado el 6 de diciembre en el auditorio de la Asociación de Agricultores del Río Culiacán (AARC).
Las reflexiones finales estuvieron a cargo de Ricardo Morales, director de la firma de consultores Agroder, quien presentó un análisis técnico y social sobre los desafíos actuales del agua en la entidad.
Morales advirtió que Sinaloa enfrenta un escenario complejo marcado por un cambio climático acelerado, riesgos económicos y sociales, así como incertidumbre para la inversión productiva.
“El tema del agua está muy caliente. Necesitamos nuevas soluciones y romper tabúes que han limitado la discusión durante años”, señaló.
El agua, base del desarrollo económico y social
Durante su intervención, Morales subrayó que sin agua no hay desarrollo, ni urbano, ni industrial, ni agrícola. Cada gota que se utiliza en el campo, explicó, se transforma en alimentos que consume toda la población, por lo que el debate debe alejarse de visiones sectoriales y centrarse en el interés colectivo.
“Cuando se deja al campo sin agua, no se afecta solo al agricultor; se compromete la seguridad alimentaria de la sociedad”, afirmó.
Estrés hídrico y riesgos crecientes en Sinaloa
El director de Agroder presentó escenarios de estrés hídrico que, de continuar las tendencias actuales, se agravarán en los próximos 25 años. A estos riesgos se suman factores como la volatilidad de los precios agrícolas, la desarticulación sectorial, la inseguridad y un entorno económico menos favorable.
Sin embargo, destacó que Sinaloa también cuenta con fortalezas estratégicas: clima privilegiado, infraestructura hidráulica existente, conocimiento técnico, capital humano especializado, un sector empresarial consciente y una sociedad cada vez más interesada en participar en la solución del problema del agua.
Gobernanza del agua y planeación hídrica
Como ruta para enfrentar la crisis, Morales propuso avanzar hacia un plan hídrico estatal, sustentado en tres pilares:
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Consejo local del agua, representativo, equitativo y proporcional al uso del recurso.
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Principios de gobernanza del agua, como los de la OCDE, enfocados en efectividad, eficiencia y confianza.
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Diagnóstico, balance hídrico e inversión, con acciones diferenciadas de corto, mediano y largo plazo, respaldadas por presupuesto.
Este enfoque permitiría mejorar la disponibilidad del agua, elevar la eficiencia en su uso y reducir riesgos para los sectores agrícola, industrial y urbano.
Un reto colectivo para el futuro del agua
En el cierre del conversatorio, Morales enfatizó que la seguridad hídrica en Sinaloa no se limita a almacenar agua, sino a garantizar desarrollo económico, rentabilidad productiva y equilibrio ambiental, apoyados en tecnología, talento y cuidado del territorio.
El llamado final fue claro: la crisis del agua requiere un esfuerzo colectivo, capaz de transformar el diagnóstico en acciones concretas que aseguren el futuro hídrico y alimentario del estado.







