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Agricultura, Agronegocios

La SADER promueve la producción de ¿aguacate en Sonora?.

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• El cultivo de aguacate en el desierto sonorense es una idea innovadora en México. A finales de 2022, productores del Valle del Yaqui esperan la primera cosecha, con un rendimiento inicial de hasta cinco toneladas por hectárea.

Recacción

Ciudad de México, 10 de mayo de 2022._ Con el objetivo de favorecer la fertilidad de la tierra, obtener un mejor aprovechamiento del agua y romper con ciclos biológicos de plagas y enfermedades en los vegetales, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural promueve la siembra de nuevos cultivos en huertos que, por tradición, sólo han sido aprovechados para un producto específico.

El director en jefe del Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica), Francisco Javier Trujillo Arriaga, visitó huertos de aguacate en Sonora, para conocer los detalles técnicos de las nuevas plantaciones, hacer recomendaciones para proteger la producción sanitaria de los cultivos y precisar las certificaciones que emite el organismo de Agricultura, las cuales permiten acceder a más y mejores mercados.

En 2018, productores del Valle del Yaqui iniciaron la siembra de este nuevo cultivo en el desierto sonorense y, en la actualidad, se han reconvertido 355.5 hectáreas, antes destinadas a la siembra de otros productos.

El funcionario federal comentó que el cultivo de aguacate en esta región es una idea innovadora en México, ya que es un árbol que demanda gran cantidad de agua, por lo que hasta ahora, las zonas productoras del país se focalizan en el centro, occidente y sur-sureste.

Al respecto, calificó como altamente eficiente el sistema de riego por goteo implementado en los huertos, el cual se activa por sensores de humedad para monitorear de manera digital las necesidades de agua de manera sustentable.

Los agricultores expresaron su intención por ingresar al mercado de exportación, por lo que el funcionario federal recomendó comenzar con el muestreo de huertos para demostrar la ausencia de las plagas cuarentenarias del aguacatero: barrenador grande del hueso del aguacate (Heilipus lauri), el barrenador pequeño del hueso del aguacate (Conotrachelus aguacatae y C. perseae) y de la palomilla barrenadora del hueso (Stenoma catenifer).

Recordó que los muestreos permiten al Senasica declarar zonas libres de estas plagas, lo que amplía la competitividad del producto en el mercado nacional y abre la posibilidad de incursionar en los internacionales.

Al recorrer los viveros certificados que se utilizan para la reproducción sana y segura de árboles, señaló que utilizar plantas certificadas brinda valor agregado a la producción, ya que disminuye el riesgo de propagación de problemas fisiológicos del aguacatero, como el Sunblotch Viroid, el cual es un padecimiento que se trasmite principalmente por semillas enfermas.

Con el objetivo de que los productores agrícolas tengan a su alcance mayores y mejores alternativas agroecológicas para el combate de plagas y enfermedades, Agricultura fomenta su incursión en la cría y siembra de organismos entomopatógenos, es decir, que enferman a insectos específicos, con lo cual responde a la demanda mundial de producir alimentos sanos e inocuos con técnicas que favorecen la salud pública y la conservación del ambiente, dijo Trujillo Arriaga.

El productor Pablo Borquez Almada indicó que la idea de sembrar aguacate en el Valle del Yaqui surgió en 2017, cuando adquirieron material vegetativo de huertos certificados de Michoacán y comenzaron su reproducción en viveros certificados, los cuales actualmente tienen una extensión de 3.13 hectáreas y capacidad de producción de 250 mil plantas.

Señaló que ha proyectado la primera cosecha de aguacate para finales de 2022 e inicios de 2023, con un rendimiento de tres a cinco toneladas por hectárea en los primeros años y de hasta 16 toneladas en la etapa adulta de los árboles.

Además de proporcionar aguacates sanos, inocuos y de calidad al mercado interno, adelantó que estiman exportar el fruto a diversas naciones de Europa y Asia, y cuando se abra la convocatoria, inscribirse al programa de exportación de aguacate ante el Senasica y Servicio de Inspección Sanitaria de Plantas y Animales del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (APHIS-USDA).

En la parte técnica, los directores de Monitoreo y Control de Plagas y de Cultivo del Aguacate, Sonia Feliz Cervantes y Esteban Pérez Moctezuma, respectivamente, precisaron que los huertos se tratan con organismos entomopatógenos, como Trichoderma sp, Trichoderma harzianum, Bacillus subtillis, Acidoslacticas, Fototróficas y Micorriza, los cuales son producidos internamente.

Por su parte, la gerente de Calidad e Inocuidad, Elizeth Grajeda Olguín, señaló que los huertos de aguacate están en trámite ante el Senasica para su certificación en Sistemas de Reducción de Riesgos de Contaminación (SRRC), además de que cuentan con reconocimientos de granja, cosecha y empaque bajo el esquema Primus GFS y Global GAP.

Destacó que el cultivo se lleva a cabo de acuerdo con valores y el modelo comercial de transparencia y responsabilidad social con las comunidades Yaquis, por lo que cuentan con certificaciones de FTUSA, Fair Trade USA y ROC Agricultura Orgánico Regenerativa.

Reconversión de cultivos

Además de beneficiar al medio ambiente, la reconversión de cultivos tiene un gran valor en materia fitosanitaria, ya que disminuye el riesgo de que las plagas y enfermedades se vuelvan inmunes o resistentes a los insumos que se utilizan para su control.

Ejemplo de lo anterior son las acciones que implementa el Gobierno de México en el Valle del Yaqui, Sonora, el cual es considerado como una de las principales zonas agrícolas del país, con más de 250 mil hectáreas cultivables.

Por tradición de las comunidades, la mayor parte de la superficie Yaqui se emplea para el cultivo de trigo, el cual posiciona a la entidad en el primer lugar de producción del cereal, con más de 1.5 millones de toneladas anuales.

No obstante, desde hace poco más de cinco años, agricultores de la región han apostado al cultivo de productos frutícolas innovadores, como el aguacate de la variedad Hass y el mango Calypso, los cuales tienen el valor agregado de ser orgánicos.

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