16 de noviembre de 2025
Lic. Ernesto Perea
Imagen Agropecuaria
Agronegocios

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En los últimos cuatro años la demanda de tractores en México creció 21.49%; empero, cerca del 50% de lo que importan las empresas comercializadoras es de origen chino y no existe certeza sobre si cumplen con los estándares de calidad o seguridad. Por ello, y ante el aumento de la demanda hacia el 2033, la falta de regulación de este mercado es un desafío importante, por lo que se requiere fortalecer el marco normativo y hacerlo obligatorio, para contar con un sistema de certificación efectivo.

De acuerdo con los resultados del Censo Agropecuario (2023), en los últimos quince años el parque vehicular de tractores de propiedad de las unidades de producción en México experimentó un crecimiento significativo. En 2007 se registraron 238 248 tractores propios, mientras que para 2022 la cifra ascendió a 473 195 unidades, lo que representa un incremento absoluto de 234 947 tractores. Este aumento equivale a un 98.6 % en el periodo analizado, con una tasa media anual de crecimiento del 4.7 %.

Para impulsar la mecanización agrícola en el país se requiere que la maquinaria y equipo agrícola que se comercializa en el mercado sea de calidad y segura, de buen desempeño, funcionamiento y durabilidad y sobre todo que sea la adecuada para cada unidad de producción.

El Organismo de Certificación de Implementos y Maquinaria Agrícola (OCIMA), adscrito al Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), es el ente responsable de otorgar la certificación a estos equipos en México. Su función central, es evaluar la calidad y desempeño con base en las especificaciones de las Normas Oficiales Mexicanas (NOM) y Normas Mexicanas (NMX) aplicables. El OCIMA-INIFAP y el laboratorio de pruebas del Centro Nacional de Estandarización de Maquinaria Agrícola (CENEMA) se crearon en agosto de 2003 por convenio de colaboración entre la Secretaría de Agricultura (antes SAGARPA) y el INIFAP, con el propósito de garantizar la calidad de la maquinaria agrícola que se comercializa en el país.

Sin embargo, la certificación de implementos y maquinaria agrícola aún presenta desafíos estructurales que limitan su adopción y estandarización. La falta de una normativa robusta ha generado una brecha tecnológica y de seguridad en el campo mexicano. En México, la certificación de maquinaria agrícola no es obligatoria en todos los casos, lo que ha propiciado la entrada de equipos sin evaluaciones de seguridad, calidad y desempeño. Aunque existen normas mexicanas (NMX) aplicables, que cubren aspectos de seguridad y funcionamiento, su adopción es voluntaria y su actualización ha sido intermitente.

El gobierno mexicano ha fomentando la mecanización a través de los años, lo que ha ayudado al crecimiento de la maquinaria agrícola en el país.

«México ha intentado desarrollar su propia industria de maquinaria agrícola, pero la producción ha sido limitada y se ha centrado principalmente en artículos de gama baja. El país se ha vuelto dependiente de proveedores extranjeros para satisfacer sus necesidades de maquinaria y equipo”.

 

Hasta el año 2018, se tuvieron subsidios y programas de financiación gubernamentales lo que  motivaba  a los agricultores a invertir en la mecanización del campo.  Esta política estaba regulada en el programa de “Investigación, Innovación y Desarrollo Tecnológico Agrícola, Incentivo de Adquisición de Maquinaria y Equipo” (SADER, 2016), dentro de este programa, el objetivo era Incentivar a las unidades económicas rurales agrícolas para incrementar la mecanización y equipamiento para la adquisición de tractores se pedía que para la adquisición de tractores de hasta 125 hp debían estar certificados por el OCIMA.

Esta política ha cambiado, la política actual en México, bajo el programa “Cosechando Soberanía”, busca fortalecer la producción agrícola y la autosuficiencia alimentaria. Este programa, impulsado por el gobierno, ofrece créditos, acompañamiento técnico y seguros para pequeños y medianos productores, con el objetivo de aumentar el abasto de alimentos básicos y garantizar precios justos.

Pese al cambio, algunos estudios prevén un panorama favorable de la comercialización  de tractores, a través de un crecimiento del mercado en México, lo cual se ve confirmado con la entrada continua de marcas como Framlead, Class, Solis e Yto, entre otras. De acuerdo con datos recientes, las importaciones de tractores en México han mostrado una tendencia creciente en los últimos cinco años. En 2020, las importaciones alcanzaron un máximo de 3 965 unidades, mientras que para 2024 esta cifra se incrementó hasta 8 638 unidades, lo que representa un TCA del 21.49% en el periodo analizado. Las proyecciones del mercado indican que el valor del sector mexicano de tractores agrícolas podría alcanzar los 1.740 millones de dólares en 2033, frente a los 1.040 millones de dólares de 2024, con una tasa de crecimiento anual compuesta (TCAC) del 5,81 % entre 2025 y 2033 (Research And Markets, 2025).

 

En México existen al menos 20 empresas que distribuyen marcas de tractores sin contar con certificación por parte de OCIMA.

La comercialización de estos equipos se realiza en algunas ocasiones, en plataformas digitales como en puntos de venta físicos, algunos de los cuales ofrecen garantías limitadas y servicios posventa no verificados. De las empresas que han ingresado tractores al país en los últimos años, cerca del 50 % importa maquinaria de origen chino. Sin embargo, no se tiene certeza sobre si estos productos cumplen con los estándares de calidad, seguridad y soporte técnico requeridos. Entre 2009 y 2013, tres marcas de origen chino estuvieron certificadas por OCIMA, pero con el tiempo abandonaron la certificación al no cumplir de manera sostenida con los requisitos técnicos establecidos por OCIMA-INIFAP.

La falta de obligatoriedad de la certificación limita que no todas las estructuras de protección de los tractores que se comercializan en México sean estandarizadas y verificadas sistemáticamente, lo que impacta en que no haya una seguridad en caso de volcaduras. Cabe hacer mención que a nivel internacional, existen estándares de calidad que son obligatorios, como es el caso de la Unión Europea donde existen 62 criterios establecidos referentes a la seguridad que son obligatorios para los tractores que circulan en los países involucrados y para México solo existen dos normas, una de ellas que es obligatoria, NOM-007-STPS-2000 Actividades agrícolas-Instalaciones, maquinaria, equipo y herramientas-Condiciones, donde solo se menciona que el tractor debe de contar con una estructura de protección sin mencionar de qué tipo o características y la misma NMX-O-181-SCFI-2016 que no es obligatoria.

 

«El mercado de maquinaria agrícola en México continúa en expansión, consolidándose como un sector atractivo para fabricantes y distribuidores nacionales e internacionales. Esta dinámica ha generado una mayor oferta de marcas y equipos en el país, lo cual, si bien ofrece más opciones a los productores, también plantea retos importantes en cuanto a la estandarización y garantía de calidad y seguridad”.

 

El país cuenta con una infraestructura técnica e institucional capaz de desarrollar y aplicar estándares oficiales.

Para consolidar un sistema de certificación efectivo, es necesario fortalecer el marco normativo y hacerlo obligatorio, particularmente en lo que respecta a seguridad. Esta medida permitiría establecer igualdad de condiciones para todos los actores del mercado, elevando la calidad de los equipos disponibles.